El trabajo sacerdotal de Hopkins
La carta que sigue es una fiel muestra de cómo Gerard Manley Hopkins se tomaba su trabajo sacerdotal.
Está escrita desde Glasgow, donde tuvo que ir a hacer una sustitución, pero él aun trabajaba en Liverpool.
Al obispo de Liverpool, 12 de agosto de 1881
Desde la Iglesia de S. José, North Woodside Road 40, Glasgow.
Mi Señor,
Thomas Murphy de Bidder Street 45B, Liverpool, y Mary Hennessy, con la misma dirección, ambos católicos, solicitan humildemente a su Señoría permiso para casarse en secreto.
Thomas Murphy tenía relación en el año 1871 con cierta Ellen Smith, que estaba, o se decía que estaba, embarazada de él. Para cubrir su vergüenza, el tío de ella, ahora ya difunto, y que era católico, les obligó a casarse, en una iglesia protestante, y esto tuvo lugar en la iglesia de san Pedro; pero no recuerda ni el día ni el mes. Pero Thomas Murphy ni entonces ni en ningún momento la consideró su esposa. Las circunstancias de la ceremonia favorecieron este disimulo. Muchas, quizás cincuenta, personas contrajeron matrimonio esa mañana; todos los ritos, incluidos las palabras del compromiso, se realizaron a toda prisa y por parte de todas las parejas al mismo tiempo; y Murphy ni prestó asentimiento ni pronunció estas palabras. Ni puso completa y propiamente el anillo en el dedo de la mujer, actuando de este modo durante toda la ceremonia para considerarse libre y negar su consentimiento. Y esta, hasta el punto en que yo puedo preguntarle, parece que ha sido su intención real, aunque su poca formación le impide expresarse con claridad: solo es capaz de decir esto llanamente, que ni piensa ni nunca pensó en Ellen Smith como su mujer. El matrimonio parece así nulo por falta de forma y de intención.
La unión que inicuamente así se formó fue infeliz. La mujer dio a luz la menos a un niño, que Murphy no toma como suyo, y le [n.t. la mujer al hombre] abandonó tres veces, por periodos de 9, 12 y 15 meses respectivamente, más o menos; tras cada uno de los cuales él la acogió por el bien del niño. Finalmente ella le abandonó una cuarta y última vez y se dedicó y se dedica todavía a la prostitución.
Sobre Pentecostés de 1879 Murphy se fue a vivir con Mary Hennessy, con quien la gente cree que está casado; pues era bien sabido por sus conocidos que no tenía a la mujer Ellen Smith como su esposa legítima. Ella le ha dado un hijo, muerto ya, y está ahora embarazada de otro.
Las bases para pedir esta gracia son la salvación de la reputación de los peticionarios, la prevención de la incontinencia, y la prevención del escándalo público. A la espera del juicio de su Señoría, los peticionarios prometen vivir como hermano y hermana. Hasta donde he tratado con ellos, se comportan humilde y sinceramente. Si su Señoría quisiera cuestionar la mente de Murphy sobre la invalidez de su matrimonio, se le puede requerir: no es culto pero no es tonto.
Quedo el humilde servidor en Cristo de su Señoría, Gerard M. Hopkins S.J.
Los peticionarios viven en mi distrito. Ninguno de los hechos mencionados han sido conocidos por mí en confesión. La primera información me llegó de una fuente desconocida.
Debería añadir que, con la aprobación de mi Rector, ya visité a su Señoría en Rodney Street [n.t. la sede del obispado], pero como su Señoría estaba ausente, he tenido que redactar el caso en papel.