Hopkins a Bridges
En este brevísimo párrafo ya se empieza a entrever la tendencia depresiva de Hopkins. Por eso le dedico una entrada completa, para ayudar(me) a reflexionar.
26—28 de octubre de 1880 a Robert Bridges
Desde Rose Hall, Lydiate, Lancashire (paso la noche aquí con frecuencia). […]
Muy querido Bridges:
Estoy seguro de que has esperado esta carta tanto como respuesta merecía tu amable y alentador último — digamos número o entrega. Pero no pude escribir nada; me faltaba tiempo y ánimo; estoy tan fundido, agobiado y mareado mandado de acá para allá. Y los borrachos sigues bebiendo, los sucios, como dicen las escrituras, continuan sucios: la naturaleza humana es tan empedernida. Ojalá la hubiera visto ya por última vez.