[Dedicado a los autores de Gestis Verbisque]

Traduzco el primer punto (el número 1) del breve pero impactante y denso (un amigo mío diría profundo) libro Intention, de G.E.M. Anscombe, filósofa de Oxford, discípula de Wittgenstein.

(Al final copio el texto original)

Intención

  1. Muy a menudo, cuando alguien dice “voy a hacer tal cosa”, podríamos decir que tales palabras son una expresión de intención. A veces, también hablamos de una acción como intencional, y también nos preguntamos con qué intención se realizó una cosa. En cada caso utilizamos un concepto de “intención”; ahora bien, si nos ponemos a describir este concepto, y solo tenemos en cuenta uno de los tres tipos de enunciados como si cubriera el asunto completamente, podríamos muy posiblemente decir cosas sobre lo que significa “intención” que serían falsas en alguno de los otros casos. Por ejemplo, podríamos decir “La intención siempre está relacionada con el futuro”. Pero una acción puede ser intencional sin estar en absoluto relacionada con el futuro. Darnos cuenta de esto puede llevarnos a decir que hay diferentes sentidos de “intención”, y quizás incluso que es absolutamente confuso que la palabra “intencional” esté relacionada con la palabra “intención”, pues una acción puede ser intencional sin poseer ninguna intención. O, alternativamente, podríamos estar tentados de pensar que solo las acciones llevadas a cabo con otras determinadas intenciones deberían ser llamadas intencionales. Y podríamos inclinarnos a decir que “intención” tiene un sentido diferente cuando se habla de las intenciones de alguien simpliciter —es decir, lo que pretende hacer— y de sus intenciones al hacer o proponerse algo —lo que él quiere conseguir haciéndolo. Pero de hecho no es plausible decir que la palabra es equívoca tal y como ocurre en estos diferentes casos.

Allá donde estamos tentados de hablar de “sentidos diferentes” de una palabra que claramente no es equívoca, podemos inferir que estamos totalmente en la oscuridad en lo que se refiere a la naturaleza del concepto que representa. De todos modos, no hay nada de malo en abordar un tema paso a paso. […]

Intention

  1. Very often, when a man says ‘I am going to do such- and-such’, we should say that this was an expression of intention. We also sometimes speak of an action as intentional, and we may also ask with what intention the thing was done. In each case we employ a concept of ‘intention’; now if we set out to describe this concept, and took only one of these three kinds of statement as containing our whole topic, we might very likely say things about what ‘intention’ means which it would be false to say in one of the other cases. For example, we might say ‘Intention always concerns the future’. But an action can be intentional without being concerned with the future in any way. Realising this might lead us to say that there are various senses of ‘intention’, and perhaps that it is thoroughly misleading that the word ‘intentional’ should be connected with the word ‘intention’, for an action can be intentional without having any intention in it. Or alternatively we may be tempted to think that only actions done with certain further intentions ought to be called intentional. And we may be inclined to say that ‘intention’ has a different sense when we speak of a man’s intentions simpliciter—ie. what he intends to do —and of his intention in doing or proposing something—what he aims at in it. But in fact it is implausible to say that the word is equivocal as it occurs in these different cases.

Where we are tempted to speak of ‘different senses’ of a word which is clearly not equivocal, we may infer that we are in fact pretty much in the dark about the character of the concept which it represents. There is, however, nothing wrong with taking a topic piecemeal.

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