Gaudeamus
Es costumbre en los actos académicos terminar cantando un ¿himno? ¿cómo se llama esto? titulado Gaudeamus igitur que ensalza la alegría de la juventud y la sabiduría académica.
Eso es lo que hicimos los amigos del Doctor Gaspar Muñiz Álvarez, actual Párroco de Pravia, el día que defendió de modo extraordinario su memoria de doctorado, en Sagrada Liturgia, en Roma. En la foto se le ve a él, a su Director de Tesis, el Prof. Don Norberto Valli, un sacerdote sabio, amable y piadoso, y al Prof. Cassian Folsom osb, uno de los principales expertos mundiales en la materia de la tesis.
Como se ve, ahí no estamos cantando (era una foto formal). Tampoco lo estamos en la siguiente fotografía
aunque sí que lo estamos celebrando. Tomamos una cerveza en un Irlandés camino del restaurante Il Baroccio, que está muy cerca del Panteon (los italianos lo pronuncian así, con acento en la “a”). En la cervecería tuve la ocasión de hablar un buen rato con Dany, quien está a mi izquierda, un sacerdote mexicano que está también terminando su tesis doctoral en Liturgia, y que también es muy amigo de Gaspar. Como se ve si se amplia la foto, hay familiares suyos: está su hermana Aurora (que si no la menciono me deja sin comer), su hermana Carmen y su sobrina María; la foto la sacó Gonzalo, marido de Carmen. Y un montón de amigos de Gaspar. La otra chica es Elisenda, también amiga de Gaspar y que también está haciendo el doctorado en Liturgia. Y la promoción de Seminario de Gaspar, de estricto clergyman…
Celebrándolo. Que es lo que se merecían Gaspar, su memoria y su extraordinaria, singular, magnífica y clarísima exposición y defensa.
No es frecuente que el Profesor Folsom afirme taxativamente, como tribunal de una tesis (el caso en cuestión), que un doctorando tiene un conocimiento “enciclopédico” (su propia expresión) y un “manejo extraordinario de las fuentes”. Y como no es frecuente, debe celebrarse.
Por cierto, tampoco es frecuente que un sacerdote diocesano tenga los grados profesionales en Órgano y Composición, sea licenciado en Humanidades, máster en Arqueología Cristiana, máster en Arte para el Culto, licenciado (con honores) en Dirección de Orquesta (por las Royal Schools of Music del Reino Unido), tenga el máster en Música Litúrgica y ahora sea Doctor en Sagrada Liturgia. Todo esto mientras es párroco de como mínimo cinco parroquias (digo como mínimo pero en realidad siempre han sido muchas más), excepto los años que el obispado le mandó a estudiar a Roma, en los cuales se dedicó exclusivamente al máster y a la licenciatura y el doctorado en Liturgia. Y no cito todos los demás estudios que tiene, que yo no conozco. Creo que con eso basta.
Y como no es frecuente, pues lo canto y me alegro de ser amigo suyo, y de que él sea mi amigo.
Me enorgullezco de que un genio sea amigo mío.
Pero estábamos con el Gaudeamus Igitur. Este tuvo lugar al final de la cena. La siguiente foto es el momento en que estoy entregándole el regalo que le hice preparar en Facsimile Editions, un ¿fabricante? ¿elaborador? de facsimiles de fama mundial (un matrimonio de judíos londinenses estupendos, que me hicieron el trabajo por poco más que el precio del material porque vieron que era un regalo para un amigo; hemos tenido dos ó tres conversaciones por Zoom y puedo decir que son especiales, con conocimiento de causa). Quien quiera ver el regalo tendrá que pedírselo a Gaspar…
Pasamos una velada muy singular todos. Gaspar me puso en un lugar de honor, junto al Prof. Folsom, para sacar partido de que yo hablo inglés (él es americano). Me sorprendió por su sencillez y amabilidad, amén de su exquisita educación. Tuve mucha suerte esos días, de conocer a un enorme número de personas buenas.
Gaudeamus igitur
Iuvenes dum sumus!
Dedicado al Doctor Gaspar Muñiz Álvarez, LRSM.