Hopkins a su madre

Con ocasión de la muerte de su abuelo materno, pastor en Tower Hill y Croydon.

del 9 de octubre de 1877 a su madre

(Desde St. Beuno, casa de los jesuitas en Gales)

Querida mamá,

Me alegro de que el fin de mi querido abuelo fuera pacífico y de que todos sus hijos pudieran estar presentes para contemplar los últimos momentos de un padre afectuoso y generoso. Pero hay una circunstancia que me da el mayor consuelo: te la voy a decir, y piensa lo que quieras sobre ello. He estado durante años encomendando muy encarecidamente su alma a la protección de la Santísima Virgen [n.b. la madre de Hopkins era anglicana, así que esta referencia no necesariamente le haría demasiado gusto] de modo que podría decir, si es que alguien puede decir esto sin presunción, que si no he sido escuchado, ¿quién puede tener esperanza? Según se acercaba su final le pedía a más gente que rezaran por él y le dije a alguien por carta que lo tomaría como una señal feliz el que muriera el domingo de la fiesta del Rosario. Es un día señalado por la ayuda extraordinaria de nuestra Señora, pedida y recibida en la victoria de Lepanto. Este año el aniversario es más especial todavía, pues Lepanto tuvo lugar un 7 de octubre pero la fiesta se celebra [n.b. por entonces] el primer domingo del mes: pero este año coincide. Recibí sin dudarlo como una señal de que mis plegarias habían sido escuchadas y de que la Reina del Cielo ha salvado a un alma cristiana de enemigos más temibles que una flota de infieles. No te tomes esto a la ligera, pues es quizás ya la séptima vez que pienso que he recibido una señal del cielo en relación a la muerte de alguna persona que me interesa.

Desde el sábado de la semana pasada he estado enfermo en cama, hoy me he levantado por primera vez, estaré recuperado en unos pocos días, e iré entonces a Mount St. Mary’s College, en Chesterfield, Derbyshire. No puedo escribir más sobre eso ahora. El trabajo no es nada especial —examinar, enseñar, con quizás algún trabajo añadido de misión y predicación o de dar retiros: sabré más cuando llegue. El número de alumnos es de unos 150, la comunidad es moderadamente pequeña y familiar, los campos de alrededor no muy interesantes pero a poca distancia hay una buena campiña, Sheffield es la ciudad grande más cercana. La gente llama al lugar Spink Hill, la estación es la de Eckington.

Créeme tu cariñoso hijo,

Gerard M. Hopkins S.J.

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