Dos de Hopkins

Algunos extractos de varias cartas de Hopkins.

24 de diciembre de 1875, a su madre

(Escrita desde S. Beuno como felicitación de Navidad: a propósito de la noticia del naufragio del Deutschland y el nacimiento del Poema).

Muy querida madre mía:

Muchas gracias por tu cariñosa carta y por tus regalos y que tengáis todos una Navidad muy feliz. […]

Estoy agradecido por los recortes, pero tuviste dos descuidos. Enviaste dos duplicados, por un lado, y la otra cosa fue que omitiste la pieza más interesante, la narración del naufragio propiamente dicho: afortunadamente, la había leído pero aun así, me habría alegrado de tenerla conmigo para volver a ella otra vez, pues estoy escribiendo algo sobre este naufragio, que puede que quizá aparezca pero depende de lo rápido que lo haga. Me produjo una profunda impresión, más que cualquier otro naufragio o accidente sobre el que hubiera leído.

Del 3-8 de abril de 1877 a Robert Bridges

(Carta en que comenta unos poemas del destinatario, amigo íntimo).

Querido Bridges,

No tienes ningún derecho a quejarte por mi retraso en escribir, no pude evitarlo: no soy un médico de cabecera y tengo poco tiempo y ahora estoy muy cansado, sí “mil y mil veces y aun mil veces más” y “apenas puedo moverme o arrastrarme”. [N.t. Una de las muchas veces en que el “cansancio” —que devendrá depresión más adelante, aunque no lo llame así— de Hopkins aparece en sus cartas. Las citas son de un poema del propio Bridges (soneto XXIX) la primera y de “A Pastoral Song” de Anne Hunter].

[…]

Comentarios generales — A pesar de los ritmos Miltónicos y de algunos otros puntos, tus sonetos me recuerdan más a los de Shakespeare. Los de Milton no son tan dulces como los de Shakespeare. Los tuyos no se parecen en nada a los de Wordsworth, cosa buena, porque hermosos como son esos, poseen una bondadosidad odiosa y ribete que los rodea y ahoga la mitad de su belleza. Los que menos me gustan son los que tienen un toque Tennysoniano, como el VI y el VII, no porque me falte admiración hacia Tennyson por cierto sino porque les da también un grado de ribete. No los he estudiado: en una primera y segunda lectura la dirección y el enlace son difíciles de encontrar; parece que quieres que sea así. El soneto del Padre Nuestro es muy hermoso, como lo es del cuadro de tu madre, como lo es el XXII, como lo son todos y están llenos de ternura masculina y de una música fluida e inagotable. Cuanto más los leo más me deleito con ellos. No me gusta lo que dices de Milton, creo que es un hombre muy malo: aquellos que contra el mandamiento de nuestro Señor tanto rompen ellos mismos como, a decir de S. Pablo, consienten en aquellos que rompen el sagrado vínculo del matrimonio, como Lutero y Milton, caen con los ojos abiertos en el juicio terrible de Dios. Aclamar grandes nombres, como por ejemplo hacen ahora las recensiones de Swinburne y Hugo, esas pestes de la humanidad, is a menudo malvado y una gran vanidad en general, y está lleno de vanagloría impía y de una razón canalla y materialista.

Índice

Comentarios (Disqus)

Comentarios gestionados porDisqus