Varios textos de Hopkins

En mis vacaciones he aprovechado para leer (y releer) a Gerard Manley Hopkins, quien va siendo ya un personaje frecuente en estos escritos. Dejo aquí algunos extractos que espero que disfrutéis como yo. Para los angloparlantes, incluyo el original.

De un sermón del 5 de octubre de 1879

But, brethren, from all that might be said of his character I single out one point and beg you to notice that. He loved to praise, he loved to reward. He knew what was in man, he best knew men’s faults and yet he was the warmest in their praise. When he worked a miracle he would grace it with “Thy faith hath saved thee”, that it might almost seem the receiver’s work, not his

Pero hermanos, de todas las cosas que podrían decirse de su carácter, escojo un punto que os pido que notéis. Él amaba alabar, amaba premiar. Sabía lo que había dentro del hombre, Él conocía perfectamente las culpas de los hombres y aun así era el más cálido en su alabanza. Cuando realizaba un milagro lo adornaba con “Tu fe te ha salvado”, para que casi pareciera la obra del agraciado, no la suya propia.

De un sermón del 25 de octubre de 1880

(Sobre el ángel de la guarda)

…He counts all our steps, he knows every hair of our heads, he is witness of all our good deeds and all our evil; he sees all and remembers all. Even our hearts he searches, for he sees them in the light of God’s knowledge and God reveals to him all that can be of service to him in his charge and duty of leading the human being entrusted to him to the kingdom of Heaven. But though he knows and remembers all the harm we have done he will not be our accuser; where he cannot help us he will be silent; he will speak but of our right deeds and plead in our defense all the good he has observed in us. His whole duty is to help us to be saved, to help us both in body and soul. We shall do well therefore to be ashamed of ourselves before our guardian angel, but not to have no other feelings than shame and dread towards him; for he is our good faithful and charitable friend, who never did and never could sleep one moment at his post, neglect the least thing that could be of service to us, or leave a stone unturned to help us all the days that we have been in his keeping. We should deeply trust him, we should reverence and love him, and often ask his aid.

…Él cuenta todos nuestros pasos, conoce cada cabello de nuestra cabeza, es testigo de todas nuestras obras buenas y malas; ve y recuerda todo. Busca incluso dentro de nuestros corazones, pues los ve a la luz del conocimiento de Dios y Dios le revela todo lo que puede serle de ayuda en su carga y deber de llevar al reino de los cielos al ser humando que le ha sido encomendado. Pero aunque conoce y recuerda todo el daño que hemos hecho, no será nuestro acusador; donde no pueda ayudarnos, quedará en silencio; hablará exclusivamente de nuestras buenas obras y apelará en nuestra defensa todo el bien que ha observado en nosotros. Todo su deber es ayudarnos a salvarnos, ayudarnos en cuerpo y alma. Haremos bien, por tanto, en avergonzarnos de nosotros mismos delante de nuestro ángel de la guarda pero no en no tener más que sentimientos de vergüenza y miedo hacia él; pues es nuestro buen amigo fiel y cariñoso, que nunca se durmió ni pudo dormir ni un momento en su puesto, ni descuidar la más mínima cosa que pudiera sernos útil, o dejar una piedra sin tornar para ayudarnos todos los días que hemos estado a su custodia. Deberíamos confiar en él profundamente, deberíamos reverenciarle y amarle, y pedirle ayuda frecuentemente.

De una carta a R. Bridges, 29 de abril de 1889

(Una de sus últimas cartas, desde University College, Dublín). Este texto me ha conmovido porque yo he sentido algo parecido con varios amigos y ahora veo que es importante.

Who is Miss Cassidy? She is an elderly lady who by often asking me down to Monasterevan and by the change and holiday her kind hospitality provides is become one of the props and struts of my existence.

¿Quién es Miss Cassidy? Es una anciana señora que, al invitarme con frecuencia a Monasterevan y por el cambio y la vacación que su amable hospitalidad me proveen, se ha convertido en uno de los puntales y apoyos de mi existencia.

Sobre la misericordia de Cristo

El siguiente poemita se basa en un texto de las Revelaciones a Santa Gertrudis.

To him who ever thought

To him who ever thought with love of me
Or ever did for my sake some good deed
I will appear, looking such charity
And kind compassion, at his life’s last need
That he will out of hand and heartily
Repent he sinned and all his sins be freed.

Una versión libre a vuela pluma podría ser la siguiente:

A quien una vez pensara con amor en mí
O alguna buena obra por mí llevara a cabo
Habré de presentarme, con tal amable rostro
Y dulce compasión, en sus últimos momentos
Que, libremente y de pleno corazón
Se dolerá de haber pecado y será libre de sus penas.

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