Savater es un hombre honorable

Todos sabemos que Fernando Savater escribe para El País y, puesto que ha publicado un libro titulado “Ética para amador”, podemos decir sin duda que Fernando es un hombre honorable.

Y Fernando nos dice, en el País sobre la autora de un libro sobre el matrimonio, que la imagina “quizás por exceso de suspicacia más avispada que piadosa”. Es un hombre honorable, por eso quizás el hecho de que dicha autora manifieste su piedad públicamente no tenga relevancia. O que deje que los prejuicios dicten sus sentencias.

También nos dice Fernando, honorable que es, que no va a poder “leerlo por entero”, pues está ocupado con las obras de Dostoyevski. Es verdad que leer poco más de 200 páginas puede ser una tarea insuperable para un filósofo profesional que está ocupado con el autor de Los Hermanos Karamázov. Deberemos someternos a su criterio, dada su honorabilidad.

Dice también Fernando —que es un hombre honorable— que no se “atrevería a discutir su contenido”, lo cual es de agradecer, pues no lo ha leído entero. Y sin embargo, tras un párrafo dedicado a las penosas defensas de la censura que han tenido lugar en este país, Fernando, en su honorabilidad, afirma categóricamente que “El libro editado por el arzobispado de Granada enriquece poco nuestro conocimiento al respecto” (al respecto de la sumisión de la mujer). Es curioso, pues parece que este es el contenido del libro. Pero Fernando es un hombre honorable pese a que no lo ha leído entero.

Y el honorable Fernando aprovecha su columna de El País para arremeter —a propósito de un libro que “no ha leído”— contra la Iglesia, para exigir que pague el IBI “por sus posesiones terrenales” y para quejarse de diversas cosas que le apenan, insistiendo en que el Estado español “debería ser laico”, cuando como todo el mundo sabe, España no se dice laica en su Constitución sino más bien aconfesional. Pero Fernando, que es filósofo, seguro que ya lo sabe.

Finalmente Fernando —un hombre honorable— sugiere al Arzobispado de Granada que publique otro libro titulado “Cápate y ve a misa”, que “quizá tranquilizase un poco a la ministra de Igualdad”. Así con esta broma da por terminado un escrito que, a raíz de un libro que no ha leído, le otorgará su dinero, familla y publicidad, que al fin y al cabo también cuentan. Pues no solo de honor vive Fernando.

Siendo tan honorable Fernando, mi corazón está con Cáritas, a quien no menciona.

Como dice Anthony Blanche a Charles Ryder en Retorno a Brideshead,

(…) es tan banal decir que no has leído el libro del momento cuando realmente no lo has leído.

La banalidad cae por su propio peso, con honor o sin honor.

Por cierto, me quedan 40 páginas y no voy a defenderlo, precisamente.

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