Conferencias en Pravia

Hace dos semanas, el actual Vicario General de la diócesis de Oviedo inauguró las Conferencias Cuaresmales de Pravia. Esta iniciativa de Gaspar Muñiz, el actual párroco, tiene por objetivo, si lo he entendido bien, orientar a los fieles interesados y, por qué no, a cualquier otra persona que busque la luz. Orientar creo que es la palabra oportuna: dirigir la mirada hacia la Salida del Sol, que es el sentido de la Cuaresma, creo yo.

El orden de las conferencias manifiesta una idea de ascenso: conversos a través del arte —la de D. Jorge—; la arqueología de los Santos Lugares, centrada en las “noticias” sobre tumbas de Cristo —impartida por Juan R. Muñiz, arqueólogo—; la que di yo ayer sobre el ciclo de novelas de Narnia y otra literatura cristiana inglesa del S. XX; finalizará con una sesión a cargo de D. Andrés Pérez, Vicario judicial de la diócesis y bien conocido predicador, sobre aplicaciones informáticas útiles para la oración en la vida diaria contemporánea. Como se ve, de lejos a cerca, o si se quiere, de la penumbra a la Luz.

Los temas, elegidos por Gaspar, son atractivos. Basta ver la asistencia (en la que yo di ayer, hubo unas ochenta y cinco personas, y según parece fue la menos concurrida). Y la iniciativa, que al parecer (según dijo d. Jorge) tuvo su origen en la Catedral de Notre-Dame, un medio más para evangelizar. Gaspar también tuvo la excelente idea de “sacar” las conferencias del templo y presentarlas abiertas a toda persona interesada, utilizando la biblioteca como foro. Esa es la manera tradicional —¿diremos evangélica?— de sembrar: a todos, y en quien dé fruto, que sea. Desde luego, lo que yo vi fue un buen grupo de personas realmente interesadas en lo que les estaba contando y con ganas de sacarle partido.

Quizás mi sesión tenía un interés especial porque tanto Narnia, como el Señor de los anillos, o el Padre Brown son obras que muchos padres, tíos, padrinos, abuelos… pueden ofrecer a la lectura de los jóvenes, y es normal que quieran tener una mejor comprensión del mensaje subyacente. Desde luego, los presentes estaban bien atentos, y lo mostraron regalándome con una buena colección de preguntas al final de la sesión: lo mejor que puede esperar un orador, que la tanda de cuestiones dure y las preguntas sean de interés general.

Ya lo escribió d. Jorge en su “Epígrafe” en La Nueva España (lamentablemente, el acceso es solo para suscriptores): era notable el número de voluntarios, la amabilidad del personal de la biblioteca, el afán por que todo saliera bien, la preocupación por que yo estuviera a gusto, el buen humor, la paciencia. Valga este párrafo para agradecer otra vez a todos los colaboradores su ayuda. Y el regalo de la dulce imagen de la Virgen del Valle. Y a Gaspar la oportunidad de que yo participara.

En fin, ha sido todo un regalo poder contribuir en este evento que espero dé su fruto y se consolide, de esta u otra manera. Me pidieron que volviera el año que viene y, por supuesto, lo haría encantado.

Mis felicitaciones a Gaspar y a todos los voluntarios y colaboradores. Buen trabajo, y que siga bien.

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