Más de Hopkins, 1877

Un par de cartas más.

Del 20 de abril de 1877, a su madre

(Desde S. Beuno, una casa de ejercicios de los Jesuitas, en Gales).

Mi queridísima madre:

Debería haber escrito antes, pero si escribiera tendría que escribir a mi padre sobre penumbras y cosas así y tenía tanto que hacer que lo estuve posponiendo. Y ahora mismo tengo un sermón para el lunes y un artículo que leer el próximo sábado. Estoy constipado y con tos ahora mismo, cosas que raramente tengo, pero están terminando; y estoy más delgado, creo, que nunca, pero espero estar bien cuando llegue el verano. De todos modos esto no tiene que ver con escribir o no escribir.

Siento las noticias de la muerte de la pobre Constance: es un gran golpe para los Husbands. ¿Estuvo Edward Bond alguna vez ligado a ella?

Durante las vacaciones —fueron en Semana Santa— fui a Carnavon y tendría que haber estado allí quince días pero tuve que volver a los pocos días por un problema que tuvo un sirviente de mi huésped. Fui para mejorar mi galés.

Bridges ha publicado anónimamente en Bumpus [n.t. un vendedor de libros/editor de Oxford] un poema en 244 sonetos titulado “El Crecimiento del Amor”. Cuesta un IS y deberías conseguirlo pues son sonetos muy hermosos, escritos intencionadamente en ritmos miltonianos pero no violentos como los míos. Me siento muy orgulloso de ellos.

Voy a contestar a la carta de mi padre cuando pueda. Con amor, tu hijo

Gerard M. Hopkins S.J.

[n.t. “Me siento muy orgulloso de ellos”… de los sonetos de su amigo. Sin comentarios.]

Del 10 de agosto de 1877 a Robert Bridges

Muy querido Bridges:

No tendré oportunidad de volver a verte ni en tu casa ni aquí, pues planeo ir a S. Beuno el lunes. ¿Qué misterio hay con el Provincial? Es la cabeza de nuestra provincia y como quiere verme el domingo no hay razón ninguna para que no me marche el lunes, como pensaba hacer inicialmente.

Muy en contra de mis deseos tendré que abandonar Gales.

Mi hermana estaba muy cogida con Corelli y realmente le admira. No recordamos que tú dijeras nada sobre Quis habitabit [El salmo 14(15), puesto en música por Thomas Tallis].

Agradeciéndote tus amables entretenimientos quedo tu amigo afectuoso

Gerard M. Hopkins S.J.

Anoche, en casa de mi tío, encontré tu primer volumen, que él había conocido en Roma y había prestado a varios amigos, pero no tuve tiempo para leer mucho.

[n.t. La breve frase sobre abandonar Gales es una muestra más de algo que admiro en Hopkins: su obediencia total a los mandatos más contrarios a su propia voluntad (dejar Gales, ir a Liverpool, no poder predicar dentro de la Compañía, tener que ir a Dublín —un converso inglés, nada menos…]

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